Esta publicación hace parte del reto 30 días, 30 bibliotecas.

La ubicación

La visita

Sobre una concurrida y estrecha avenida de Bogotá se encuentra el Instituto Nacional para Ciegos – INCI. Pasé por esta biblioteca para conocer un poco más de su labor y conocer su biblioteca.

Al ser una biblioteca virtual debes ir a Internet para consultarla. Sin embargo pude ver algunos documentos físicos en braille y ayudas, como el identificador de billetes, las leyes y decretos en braille y algunos libros infantiles.

Un poco de contexto

Al conversar con la persona que me recibió me comentó que la biblioteca en algún momento funcionó como biblioteca física, pero en la actualidad es una biblioteca virtual. En este enlace puedes acceder a la biblioteca virtual.

El INCI se creó en el año 1955. Es una entidad de orden nacional y depende del Ministerio de Educación Nacional. Brinda asesoría técnica y su oficina se encuentra en Bogotá, la capital de Colombia.

La biblioteca virtual es exclusiva para personas ciegas o con baja visión colombianas. Debe diligenciarse un formulario y se valida la condición de discapacidad antes de que puedan usar la biblioteca. Tiene libros hablados y textos que pueden consultarse en línea o descargarse a dispositivos móviles.

Particularmente me parece que esta biblioteca es clave para Colombia por su labor y su estrecha relación con el Tratado de Marrakech. Colombia debe ratificar e implementar el Tratado para que entre en funcionamiento, que si bien puede tomar tiempo, las bibliotecas pueden ser un actor clave en el acceso al texto impreso. Al ser un tratado vinculante, es obligación de todos los países que hacen parte de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual – OMPI su cumplimiento.

Personalmente me gustaría ver alianzas entre el INCI y la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, debido a que el primero es el asesor técnico nacional para Colombia y la segunda tiene presencia a lo largo y ancho del país. Gran parte de lo municipios colombianos, por remotos que sean, suelen contar con una biblioteca pública. De esta forma podría asegurarse el cubrimiento nacional para que personas con dificultad para acceder al texto impreso, tengan una oportunidad de acceso a la información.

Hace algunos años en debates relacionados con derecho de autor y bibliotecas, recuerdo que mencioné que las propuestas de ley parecían estar apuntando al pasado, pero olvidaban el futuro. Los documentos digitales suelen olvidarse y recuerdo haber escuchado la opinión de una persona ciega, quien comentaba que es mucho más cómodo usar documentos digitales accesibles que libros físicos en braille.

¿Has visto las colecciones accesibles o las herramientas para personas en situación de discapacidad de una biblioteca? Si eres bibliotecario ¿conoces el Tratado de Marrakech y tu biblioteca cuenta con facilidades para ciegos o personas con baja visión?