Gir/Moebius

Rondando por una librería me volví a topar con un libro biográfico sobre Jean Giraud. La primera vez que lo vi andaba buscando algo sobre El Teniente Blueberry, en ese momento, según  me dijeron, sólo tenían ese pequeño libro que hacía parte de una colección dedicada a otros historietistas e ilustradores reconocidos, ediciones sins entido.

Hace un tiempo había escuchado hablar de Moebius, sin embargo desconocía del todo a Jean Giraud y su dicotomía en su que hacer que lo llevaba a publicar con don seudónimos. Gir y Moebius. Mientras leía sobre sus primeros años, temporada de un logró técnico excepcional en sus ilustraciones, recordé la impresión que me dio el verlo crear uno de sus personajes, hombro a hombro con Hugo Pratt.

En cuanto a Moebius no conocía mucho, veía algunas ilustraciones sin prestarles mucha atención, sólo las veía algo simpáticas y llamativas. En todo caso no tenía ni idea de lo que significaba para Gir la aparición de Moebius y su estilo muy alejado de lo que se podría esperar de esa primera etapa, lo define como una liberación de los trazos convencionales que se encuentran en Gir.

De Moebius, sin querer, di con una serie animada de su popular Harzak. Aunque la serie animada parecía muy reciente, Arzak vio la luz a mediados de la década de los 70’s en la revista metal Hurlant. Con Arzach lo que se ve es una trama sin pies ni cabeza, historias relacionadas por una narrativa simple que, a mi parecer, abren un mundo a la interpretación y creación de la historia misma por parte del espectador. Un delirio compartido por Moebius.  El silencio y la soledad siempre están presentes en cada una de las series, sin embargo no se presentan como algo ligado al sufrimiento o la pena, simplemente están.

Al final no he terminado de leer aquel librillo, pero no creo que sea por mucho tiempo.

Por Leonardo

Leonardo es Profesional en Ciencia de la Información – Bibliotecólogo de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Interesado en temas relacionados con la cultura libre, el procomún, internet y la cotidianidad.

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