Es viernes 13, frío todo el día y lluvias de tanto en tanto. Me pareció un día agradable a pesar de todo. Salí de trabajar y recién empezaba la llovizna de las 5pm, y baje por la calle 12 y tomé la tercera para salir a las aguas, la calle 19, cra 7 y directo a pie hasta mi casa. Todo normal, como siempre.
Cuando llegué a la Cra 3 estaba algo encharcada, y por lo estrecha decidí cruzar al otro anden. En esas vi una figura poco común y algo familiar, ropa colorida, cabello blanco y zapatos tipo Croydon de varios colores. Parecía algo inquieto por la lluvia y el frío y la indiferencia de los taxistas bogotanos.
Yo iba con el gran paraguas negro para días grises y él cruzó, justo en la esquina se dio la vuela para darme paso y me detuve. Le sonreí y le dije:
-¿Julian?
Él respondió:
-Sí, ¿y usted como se llama?
Extendiendo su mano para saludar.
Le dije que Leonardo, que cómo estaba y él «pues ahí afanado» me dijo. Que tenía una cita con una historiadora y que necesitaba ir a la calle 19 o salir del centro. La lluvia seguía y me dijo: ¿Y usted para dónde va? Le respondí que para la calle 33, por el Museo Nacional, cerca al Ministerio de Protección Social,que iba a pie, que así se pasaba mejor la lluvia en la ciudad. Me dijo que bueno, que mientras me gorriaba paraguas. Le dije que si quería lo llevaba hasta la 19 con el paraguas, igual iba para allá. Y le caminamos.
En el camino le pregunté por qué estaba por acá aguantando frío, que yo creía que andaba en Cali ¿Luego no es de allá? le dije. Bobo yo.
Me respondió que andaba por lo del Festival de Teatro y por otras cosas, que pensaba pasar más seguido por Bogotá. Le conté cómo fue que lo conocí, viendolo una vez en tv, olvidando el nombre y reencontrandolo 4 años después surfeando en la web. «Qué bueno» me dijo.
Le pregunté que cómo termino haciendo lo que hace, me dijo que el es de Sevilla – Valle, un pueblo de cien años con mucha actividad artística. Salió para Cali a estudiar e hizo un semestre de psicología pero lo de él era la música, así que cambio. Tocaba musica para la gente y en privado hacia sus mamaderas de gallo con las canciones, pero era una cosa privada. Un día llamó a los amigos a decirles que iba a tocar cosas de él y que a la gente le gusto, que se reían y ahí siguió con la mamadera de gallo…
Soy más bien callado y el tipo era más bien agradable. Mientras caminábamos se me cruzaron dos temas, uno con el que andaban jodiendo todos estos días y seguían apareciendo comentarios en la web sobre el TLC, los cambios en la ley de derecho de autor y una no muy agradable publicación sobre los cambios de las bibliotecas y los libros con la llegada del libro electronico… Al verlo recordé qué Julian Rodríguez tenía un aviso legal muy interesante y traté de recordar sus lineas, ahora que estoy frente al computador lo recuperé y dice así:
Aviso I – Legal
Este vídeo está protegido con PAYCO (Piratas de autores y compositores). Permitida toda reproducción, pues si produce sonrisas, no se le debe negar absolutamente a nadie.
Si alguien quiere hacer negocio con este vídeo y venderlo pirata, por favor llamar al 5574971 de Cali-Colombia para acordar los porcentajes justos con el artista. No se quede con todo.
Se acepta el trueque, se cambia por tiquetes, por el pago de los servicios públicos, por shampoo para pelo, por un par de tenis pintados, por un piano de cola. Se escuchan propuestas.
Recordé muchos vídeos que puse a reproducir tantas veces en Youtube, seguro es ilegal. Esta vez tuve al artista en frente y no tenía dinero, estaba lloviendo, tenía un paraguas y eso fue lo que le ofrecí, pues yo también reí y sonreí con su trabajo y él no tenía un paraguas para la lluvia. Seguro no lo necesitaba pero debe ser agradable recibir un reconocimiento así en las calles. Como no tenía otra forma de agradecerle por su trabajo, las risas y sonrisas pues… 😉
Antes de despedirnos me pregunto si había visto lo del Coro de niños. Le dije que no, confieso que hace mucho no había escuchado nada de él, pero fue lo primero que busqué estando frente al computador.
Llegamos por fin a la calle 19, nos despedimos y seguimos cada cual por su lado y en sus cosas. Yo, por supuesto, algo alegre, más bien contento por conocer a una nueva persona sin querer y por azares de las calles de Bogotá, ni modos. De ahí en adelante pensé en escribir lo que había pasado además de otras cosas que me quedaron en mente:
Vender o difundir ¿En qué piensa el artista?: La industria moderna vs. públicos actuales– fue lo que pensé. Decida, discuta y comparta usted lo que piense. Sea libre de hacerlo, mientras pueda.
Hola.
Nunca había escuchado del tipo. Escuché algo y luego de verlo creo que lo recordaré si me lo topo. Aunque yo no cuento con tanta suerte (o soy malo reconociendo personas en la calle).
La impresión que tengo de Julián es que quiere vivir relajado. Chévere vivir así.
Conocí a Julián en Cali hace como 27 años en la universidad Javeriana. Aun los árboles, que ahora deben ser ceibas y almendros enormes, estaban protegidos por un cerquito de guadua, para que no se los comieran las vacas. Saliendo de alguna clase me encontré un afiche en el que invitaban a todos los que cantaran o tocaran un instrumento a una reunión en la capilla y allá llegué yo con mi violonchelo al hombro y mi flauta sopranino entre el morral. El que había puesto el afiche era Julián. Ensayamos durante todo un semestre y terminamos presentándonos en la Sala Beethoven del Conservatorio, con una cantata compuesta por él. Era un encuentro de coros universitarios. En medio de tanto frac y smoking, el coro-orquesta de Julián iba en tenis y bluyines, vestido como un papagayo con camisetas de todos los colores. Los aplausos arrancaron desde que nos vieron entrar con tanto color encima y despues de tanto coro tan pulcramente vestido. El caso es que hoy llamé al teléfono que aparece en el video que copias en tu blog y ahí estaba Julián. La magia de los re-encuentros es que te sorprendan de golpe, que se te atraviesen en lo cotidiano, que te partan en dos la rutina. Y todo por el paraguas que ofreciste bajo la lluvia …
Yo también me lo encontré en el centro de Bogotá, quizás ese mismo día pero más temprano. También me contó sobre el coro de niños, sobre Sevilla y sobre el Festival Alternativo de Teatro.
Le pregunté muchas otras cosas y grabé sus respuestas. Terminé publicando una de ellas…
¿Qué opina Julián de Don Jediondo ahora cristiano?
Seguramente la más trivial de las preguntas que le hice, pero la respuesta -nada trivial- me asombró y esa fue la que terminé publicando.
http://rockmediante.com/2012/04/don-jediondo-cristiano.html