Esta publicación está dedicada a explorar algunas generalidades sobre un concepto reciente, generado a partir de las relaciones que se han potencializado entre distintas comunidades de personas, gracias al acceso y facilidad de conexión por medio de las nuevas tecnologías, no solo en entornos virtuales sino en espacios físicos. Los Laboratorios Ciudadanos.
También, quiero usar este espacio para responder a una pregunta del Museo Nacional de Colombia sobre un tema interesante que propuso en su cuenta de Twitter, a propósito del Dia Internacional de los Museos:
¿Qué crees que le hace falta a los museos de Colombia para mejorar la experiencia? ¡Participa! #ViveMuseos pic.twitter.com/RJXxHcn6mQ
— MuseoNal de Colombia (@museonacionalco) 11 de mayo de 2016
A la pregunta respondí «laboratorio ciudadano»…
¿Qué es un laboratorio ciudadano?
Para ampliar mi respuesta me remití a tres fuentes principales, en donde existe una propuesta abierta y directa sobre la intención de actuar bajo esta figura, con una actividad constante, desde 2007 hasta la actualidad. Estos sitios son: el MediaLab-Prado, Innovación Ciudadana y el Colaboratorio del Parque Explora.
En un análisis rápido, se pueden identificar los siguientes tres tópicos que tienen en común estas entidades y que las define como: un espacio abierto a la ciudadanía que cuenta con herramientas y espacios dispuestos para generar trabajo colaborativo destinado a la Investigación (2/3), la Producción/creación (2/3), la Difusión (3/3), la Experimentación (2/3) y el Apoyo de iniciativas ciudadanas o de Proyectos culturales (2/3) desde distintos campos del conocimiento.
¿ En qué consiste?
Continuando con la definición anterior, un laboratorio ciudadanos consiste en la apertura de un lugar de encuentro que acoge y replica los conocimientos y experiencias de distintas personas, y que tiene la capacidad de generar y potenciar un intercambio de saberes, discursos y conocimientos sobre un tema específico, desde distintos puntos de vista. Por ejemplo los Paisajes Culturales, para luego documentarlo y compartirlo. O como se lee en el sitio web del Colaboratorio: «es un lugar para parchar», discutir y desarrollar proyectos en conjunto sobre un tema de interés para una comunidad.
Para contextualizar un poco este texto a lo que el Museo Nacional de Colombia podría generar, abriendo un espacio como el laboratorio ciudadano, podríamos mencionar:
- Abrir datos y la información sobre sus colecciones para la investigación del patrimonio nacional.
- Establecer puntos de encuentro, una plataforma de participación, para personas con distintos conocimientos y diferentes grados de especialización, en torno a semilleros, observatorios y talleres, en donde se pueda capitalizar la capacidad de innovación abierta de la ciudadanía sobre temas relacionados con las áreas de interés de los Museos.
- Generar apropiación del patrimonio cultural que se administra desde los Museos.
- Crear puentes entre la institucionalidad y la ciudadanía
Comentario final
Estos temas, aunque parezcan muy recientes, en esencia se componen por un marco misional que ya existe en instituciones como los Museos. Y así pueda ser complicado abrir estos espacios en países como el nuestro, teniendo en cuenta las limitaciones de recursos y demás, considero que más allá del problema obvio, no hace falta otra cosa que voluntad para impulsar una iniciativa de este tipo.
PD: La sala alterna del Museo Nacional de Colombia es un espacio muy llamativo para las actividades de un laboratorio ciudadano 😉