Jhonny Pabón, de Propiedad Cultural me recomendó el video Managing copyright to advance research and teaching donde hablan del derecho de autor y los problemas que han surgido para los investigadores y estudiantes para acceder a recursos protegidos por copyright. Esta charla es moderada por Ann Wolpert, la encargada de las bibliotecas del MIT.
Este video evidencia la pérdida de control que padecen los investigadores sobre sus obras al ceder los derechos de autor a editoriales. Claude Canizares, el primero en hablar luego de la presentación de Ann Wolpert, comenta sobre el choque que enfrenta la industria editorial contra las universidades como el MIT cuya misión es transmitir conocimiento; publicarlo y diseminarlo gratuitamente. Esto se ve reflejado en bibliotecas colombianas, por ejemplo la misión de Bibliored (Bogotá), como dicen en su sitio, es «Trabajar por el desarrollo social y cultural de Bogotá, fomentar la lectura y la escritura y garantizar el acceso a la información, al conocimiento, al arte y a la recreación, como elementos esenciales e insustituibles para el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes.» Por su parte, la Red de Bibliotecas de Medellín en su sitio mencionan en su objetivo principal la «…oferta de servicios de acceso al conocimiento» y entre sus objetivos específicos «Divulgar el conocimiento y la información» pero ¿Qué sucede cuando las bibliotecas quieren brindar acceso gratuito a la información y los autores, editoriales o «derechohabientes» quieren conseguir una retribución económica por consultar sus documentos?
Algo que he aprendido en este tiempo es que si un autor quiere conservar sus derechos y no compartir su producción está en todo el derecho de hacerlo y deben respetarse estas decisiones. Por otra parte, si los autores, en el caso del video del MIT investigadores, quieren compartir sus documentos porque su trabajo ya es retribuido por las universidades a las que trabajan, pueden usar cosas como Science Commons, presentada por Thinh Nguyen. En su presentación Thinh muestra el aumento en el factor de impacto de PLoS Biology, una revista que apuesta a liberar sus contenidos, lanzada en el 2003. ¿Qué quiere decir esto? El factor de impacto mide las citas que reciben los artículos. Imagina que tu artículo es muy bueno, entonces muchas personas se basarán en él para realizar sus trabajos y lo mencionarán en sus artículos. El tener un factor de impacto alto quiere decir que los artículos han sido mencionados por otras publicaciones científicas. Thinh mencionó que PLoS Biology llegó a tener el factor de impacto más alto (14.7 en ISI Web of Knowledge) convirtiéndola en la publicación sobre biología general más citada. Ahora piensa en esto: ¿No hay una ventaja de acceso aquellos quienes publican sus documentos sin cobrar contra aquellos que cobran por leer su documento? ¿Los investigadores viven para hacer dinero al vender sus artículos o lo que importa es que su trabajo sirva de base para el desarrollo científico?
En este punto llegamos a la Iniciativa de Budapest para el Acceso Abierto y me pregunto por algo que puede ser escencial para autores y bibliotecas: ¿quién se beneficia por cobrar por los contenidos de las publicaciones? Si a los autores les sirve que sean leidos para que los citen y así eleven su factor de impacto; a su vez una de las misiones de las bibliotecas es difundir la información y el conocimiento algo empieza a sonar raro en este sistema.
De las cosas que más me sorprendieron: Para acceder al artículo que publicó Isaac Newton sobre el invento del telescopio, aunque esté en dominio público hay que pagar U$9 para conseguirlo por la editorial. Esto por un momento me recordó al post sobre arduino.
¿Pueden desaparecer las bibliotecas en la era digital al no poder almacenar y conservar información por problemas legales? ¿Qué papel juega la biblioteca frente a las obras en dominio público?