La consecuencia del encarnizamiento informativo

Las emociones nos llevan a centrar la atención en algunos aspectos de la realidad y descuidar otros, ganancia bien fecunda para nuestra vida activa, porque podemos poner un límite a la cantidad de información con que hemos de contar en nuestras deliberaciones y permitirnos no despilfarrar tiempo y oportunidades analizando una infinidad de informaciones que, gracias a los medios con que hoy contamos, cada vez es mayor. «A la parálisis por el análisis» – sería la consecuencia del encarnizamiento informativo. Mientras anduviéramos analizando sin término no pasaríamos a la acción; nos ocurriría como al robot de Dennett, ciego emocional que, sentado junto a una bomba, considera informaciones sin cuento, totalmente irrelevantes para el caso, en vez de huir que es lo prudente. Adela Cortina en Ética de la razón cordial: Educar en la ciudadanía en el siglo XXI, página 192.

Por David Ramírez-Ordóñez

Hola. Soy David. Docente, bloguero y bibliotecario digital. Desarrollo proyectos digitales desde el 2005. Más de mi en este enlace.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *