Este es un sticker mexicano, el primero de Estruendo y el segundo de Katrhina. Aparecen en la revista Ilegal Squad número 68.
Al interior de sus páginas (en la 19 exactamente) hay un artículo sobre la lucha entre «writers» y autoridades. Hacen una reflexión sobre el espacio público y la política de borrar todas las pintas que hayan. Me interesa esta contraposición: el espacio público también es de los writers, pero se criminaliza su apropiación del espacio.
El artículo cierra diciendo que deberían apoyarse las campañas pro graffiti. ¿Es que los writers son menos ciudadanos? Al menos en Bogotá se han abierto muros destinados a pintas. Me gusta el interés que se ha despertado en los bogotanos los muros que con cierta regularidad están cambiando.