Sobre el libre acceso en las Bibliotecas: internet y otros demonios II

Continuando con el tema sobre libre acceso a la información en bibliotecas y los nuevos mecanismos de participación generados, y propiciados, por las personas a través del uso de Internet, retomaré algunas ideas de la publicación anterior pero esta vez intentaré guiarlas un poco más hacia el tema de derechos de autor en el entorno digital.

Últimamente se ha visto una fuerte confrontación entre los ciudadanos que buscan espacios para compartir, comentar, crear y no menos importante mezclar contenidos en la web; y aquellas personas que son dueñas de esos contenido o tienen algún poder legal sobre los mismos y no comparten esas mismas ideas. ¿No les molesta las notificaciones sobre contenidos inaccesibles en tu país? Pero… ¿Podrías ubicar a tu país en este mapa?

Puede ser un poco complicado. Al parecer son otros vientos los que nos impulsan mientras navegamos por la web. Los cambios en la forma y el diseño de las arquitecturas que hemos empezado a construir no están elaborados de acuerdo a los que la industria en general han venido trabajando por lo menos el último siglo. Para aclararnos un poco las dudas y poder ver un poco el panorama de este asunto  una de las lecturas recomendadas para la clase de Sociedad Civil y Bibliotecas Publicas (#socibipu) fue La problemática de los derechos de autor en internet que si bien nos da algunas luces sobre este asunto, también, deja muchas dudas sobre cómo se debe tratar el tema.

Es, sin duda, muy interesante la pregunta que se plantea en el escrito: ¿Es aplicable la regulación del derecho de autor en materia de Internet,o, por el contrario, es necesario crear un nuevo marco jurídico que lo regule? Por supuesto, los derechos de autor se deben respetar, pero es de cuidado el querer aplicar la regulación vigente sobre derecho de autor al entorno actual (y futuro) de Internet. Por eso también es pertinente preguntarse ¿hasta qué punto es bueno mantener normativas estrictas de control que, con el progresivo avance de las tecnologías, rápidamente quedarán obsoletas? o mejor ¿no han quedado obsoletas ya  y es necesario optar por un cambio que genere mutuos beneficios? ¿A caso los intereses son otros? Lo que me recuerda un correo que recibí hace poco con un título muy llamativo: Derechos antes que permisos.

Un buen recurso para adentrarse en el tema es el documental ¡Copiad, malditos! que también fue un recurso proporcionado en clase. La idea es simple y alarmante ¿con qué autoridad te pueden privar de tus derechos y qué puedes hacer para hacerlos valer? Es el caso de las notificaciones de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y el cobro por el uso «inadecuado» de material protegido con Copyright y derecho de autor. No es malo recordar la pregunta ¿es bueno replicar o mantener las estructuras del pasado a los entornos creados en el presente y que se encuentran en un continuo cambio? No lo creo.  ¿A costa de qué o quién perderemos nuestra libertad de manifestarnos y expresarnos?

¡Copiad, malditos! es un documental que surgió por una problemática existente en España, pero que no es ajena al resto del mundo. Si echamos un vistazo por la web esquivando toda clase de fronteras veremos que éste ha sido una de las más recientes manifestaciones de una serie de documentales sobre el mismo tema. Tenemos el caso de Rip: A Remix manifesto en donde se entra un poco más al detalle y se exploran otras situaciones en donde la censura, las demandas y las difamaciones no se hacen esperar. Al ver este documental la sorpresa fue permanente, la cacería a herejes creativos por parte de las grandes corporaciones, es absurdo ¿no?

 También por recomendación de @carobotero tenemos God copy, Bad copy que pinta bien, pero que aún no lo he visto en su totalidad como para escribir un poco más sobre ello.Y aunque el panorama se vea un poco incierto no todo se puede dar por perdido, en los documentales se presenta constante mente las licencias Creative Commons que le da cierto contrapeso al ya conocido Copyright, licencias flexibles que le dan un poco más de control a los autores sobre su obra dando una serie de opciones en donde puede definir los términos y condiciones de uso. Simple y efectivo.

Por otro lado lo que me sorprende es la resistencia que se ha tomado ante las imposiciones de las leyes sobre derecho de autor y que en nuestro país pasan sin un análisis profundo, dejando en evidencia un desconocimiento general sobre dichas leyes en los entornos digitales. Hace falta un poco de interés y apropiación sobre el tema por parte de las Bibliotecas y entre los ciudadanos en general que haga hincapié en el respeto y conservación de los derechos para expresar y difundir ideas sea en entornos físicos como en entornos virtuales y lo que ello conlleva.

Muy seguramente el camino a seguir para lograr la formación de los ciudadanos en el reconocimiento de sus derechos y deberes en estos entornos no se encuentre en la censura y restricción de la información y los demás contenidos disponibles en Internet sino en la experimentación, la instrucción, guía y debate de estos temas en donde las bibliotecas sean un apoyo ofreciendo espacios donde se propicien encuentros y discusiones de interés general. La biblioteca como un laboratorio social para compartir, crear, mezclar y proponer ideas.

Por Leonardo

Leonardo es Profesional en Ciencia de la Información – Bibliotecólogo de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Interesado en temas relacionados con la cultura libre, el procomún, internet y la cotidianidad.

2 comentarios

  1. La situaciòn se complica cuando decides mirar tambièn modelos de compensaciòn a la creaciòn viables en este entorno… que te cobren una tarifa plana con el internet? a mi me seduce pero le veo tantos lìos… es difìcil. muy difìcil

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