La teoría de la pareja celosa y la transparencia radical de @Medejean

Panóptico en Irlanda
Panóptico en Irlanda

Hace tiempo que comenté la entrada Reflexión desde la Biblioteca en el día de la lucha contra el espionaje masivo: #TheDayWeFightBack de un gran colega, Santiago Villegas-Ceballos. No dejo de tener un sinsabor al leerlo, sobre todo porque en diversos espacios llegamos a este mismo punto de discusión, donde él defiende la «transparencia radical». Creo que disiento de su argumento de usar la transparencia radical que va en la misma línea de «el que nada debe, nada teme».

En su publicación, Santiago parte del hecho de que 1) defendemos la privacidad por costumbre, porque así nos educaron. Propone que realmente es una costumbre que deberíamos revaluar porque 2) las construcciones colaborativas que se dan en Internet muestran los grandes beneficios que trae la apertura.

Revisaré estas dos propuestas, porque creo que aquí esta el motivo de mi malestar.

Defender la privacidad por costumbre

Como lo decía Michael Foucault: «La visibilidad es una trampa»:

El dispositivo panóptico dispone de unidades espaciales que permiten ver sin cesar y reconocer inmediatamente (…) La luz plena y la mirada de un vigilante captan mejor que la sombra, que en último término protegía. La visibilidad es una trampa. Michel Foucault

Por el cambio de dinámicas que ha planteado Internet me he propuesto revisar muchos aspectos de mi vida y el de la privacidad no ha sido la excepción. Resulta cuando menos ingenuo pensar que nadie puede aprovechar los datos que visibilizas. Imagina que no es todo el tiempo, somos humanos y podemos sentir celos, envidia, ira o cualquier otro sentimiento que nos lleve a obrar mal. No estamos exentos a que otros usen nuestra información para abochornarnos. Puede ser tan simple como una multa de tráfico, una foto embarazosa o un comentario fuera de contexto. Pueden jugarse bromas pesadas o hacerse cosas pensando que no te afectará mucho, pero con el tiempo pueden usarse en contra tuya. No me gustaría dejar abierta esa opción.

Cypherpunks de Julian Assange
Cypherpunks de Julian Assange

Recuerdo que leyendo Cypherpunks de Julian Assange encontré el por qué las bibliotecas trabajan en pro de la privacidad de las personas: La conversación entre Assange, Zimmermann, Applebaum y Müller-Maguhn revela cómo el gobierno puede acceder a la información que un ciudadano consulta a través de su biblioteca pública para conocer sobre sus intereses. Este es el motivo por el que las bibliotecas consideran poco ético el compartir esta información y en Estados Unidos o Europa han liderado campañas que buscan cuidar la privacidad de sus usuarios. Imagino que este fenómeno no ha sido muy acogido en las bibliotecas colombianas porque no somos un país que lea mucho en bibliotecas públicas.

Por otro lado para rastrear la información que consultamos no tienes que ir al historial de préstamos de las bibliotecas públicas, sino que acceder al historial de consultas de sitios web puede dar una aproximación bastante precisa de los intereses que alguien tenga.

Bien sea en Internet o en el historial de consultas en mi biblioteca, prefiero que esta información sea confidencial. El sentirme vigilado modifica mi comportamiento y la auto censura resulta ser el método más eficaz de control. Si no mira el historial de tus búsquedas en Google a ver cómo te sientes.

El trabajo colaborativo andando en tu contra

Aprovechemos el trabajo colaborativo en contra: Imagina que piensas hacer una pequeña broma a alguien por Internet. Resulta que no eres el único que lo hace y miles de personas hacen «pequeñas bromas» a un único individuo o a un grupo reducido de personas. ¿No sería esto perjudicial? Por ejemplo en Twitter se burlan de un nombre, pero ¿Y que tal si publicas fotos íntimas con tu pareja y terminan en Internet? ¿Cómo defiendes la transparencia radical?

Imagino que un argumento puede ser no tener nombres feos, o no compartir imágenes inapropiadas pero ¿Acaso no tenemos derecho a tener nombres que no les gusten a otros? El tener zonas íntimas en Internet es algo que defiendo y no porque sea costumbre, porque sea la moral o porque así me educaron. Lo defiendo porque puedo evitarme muchos problemas.

La teoría de la pareja celosa

Para medir qué tanto controlo la privacidad de los sitios web que uso tengo una teoría que bauticé «la teoría de la pareja celosa» y así funciona: Imagina que abres una cuenta en un sitio web, donde puedes almacenar o publicar información tuya. Imagina que tienes una pareja extremadamente celosa que además tiene acceso a tus cuentas en Internet. Si hicieras algo que quisieras que tu pareja celosa no se enterara ¿podrías borrar la información de dicho sitio web? La cosa es que ni siquiera tienes que estar haciendo algo indebido, pero imagina que tu pareja celosa hace escenas de celos cada vez que cree que tiene la razón. Si puedes evitar una disputa con tu pareja extremadamente celosa, el sitio web es confiable.

Como ya lo he dicho antes, no uso Facebook, pero probemos la teoría de la pareja celosa con esta red social. Si publicas información por esta red social o mantienes conversaciones «privadas» y cierras la cuenta para que tu pareja celosa no se entere ¿Se pierde la información? Leyendo el servicio de ayuda de Facebook encuentro que hay una diferencia entre desactivar y eliminar una cuenta. Cuando eliminas tu cuenta, en Facebook te advierten que

Puede que sean necesarios hasta 90 días para eliminar todo lo que has publicado, como tus fotos, actualizaciones de estado u otros datos almacenados en sistemas de copia de seguridad. Mientras eliminamos esta información, otros usuarios de Facebook no podrán acceder a ella.

Si tienes una pareja celosa, 90 días son más que suficientes para hacerte un show de celos con la información que encuentre ahí. Al no pasar la teoría de la pareja celosa, tengo un motivo más para no usar este sitio web.

¿Y tu cómo ves la defensa de la privacidad en Internet? ¿Soy demasiado paranoico? ¿Mejor la propuesta de transparencia radical de @Medejean?

Por David Ramírez-Ordóñez

Hola. Soy David. Docente, bloguero y bibliotecario digital. Desarrollo proyectos digitales desde el 2005. Más de mi en este enlace.

5 comentarios

  1. Que gusto leerte David y que honor haber sido, de alguna manera, disparador de esta reflexión. Esta publicación amerita por supuesto más que un comentario pero por ahora quiero responderte con solo tres de mis argumentos (o preguntas, si así lo quieres ver):
    1. ¿Está tu teoría partiendo de la presunción de inocencia hacia el otro o de su culpabilidad (en el uso de lo que sabe de ti)?
    2. ¿Hay alguna razón por la que deba renunciarse a la intimidad al renunciar a la privacidad?
    3. ¿Existe alguna posibilidad, distinta a la transparencia radical, de eliminar la necesidad de la mentira como sociedad?

    Esas respuestas (o la manera como yo las respondo) son las que me han llevado a la defensa personal de la transparencia. Espero poder responder pronto como mereces y con un texto que podamos convertir en una apropiada conversación.

    Un abrazo desde Medellín,

    @MedeJean

    1. Hola Santiago.

      Me he tomado mi tiempo para responderte, pero sigo sin tener claros tus argumentos (o preguntas, si así lo quieres mostrar). Como preguntas corto, te respondo corto:

      1) De ninguna de las dos.
      2) Si, al no protegerte de intromisiones, estas dando pié a que cualquiera entre a zonas que deberías reservar a unos pocos. Sin privacidad ¿Cómo esperas mantener la intimidad?
      3) En realidad no creo que sea necesario eliminar la mentira como sociedad.

      Amerita más que un comentario, en eso estamos de acuerdo.

      Un abrazo.

  2. Por lo general las analogías de Hiperterminal no me cuadran pero para la discusión esta frase de E. Snowden puede aportar un poco: «Pensar que la privacidad no es importante por que no tienes nada que esconder, es como creer que la libertad de expresión no es relevante porque no tiene nada qué decir»

    saludos.

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