Martha Nussbaum – Sin fines de lucro

Sin fines de lucro, de Martha Nussbaum
Sin fines de lucro, de Martha Nussbaum

Carátula del libro Sin fines de lucro de Martha Nussbaum

Cuando estaba en el colegio recuerdo que mi amigo El Gordo (en el colegio uno siempre tiene un amigo al que apodan «El Gordo») me decía que no entendía para qué carajos estudiábamos música, si eso no nos lo iban a preguntar en las pruebas de estado al finalizar el colegio. En su momento le di la razón, pero luego de leer este libro me doy cuenta que el que estaba mal no era mi colegio, sino las pruebas de estado. El prepararnos para obtener buenos puntajes en las pruebas de estado puede hacer que nuestro objetivo como estudiantes no sea crear y fortalecer nuestra ciudadanía, sino responder correctamente cuando nos pregunten cosas en un examen.

Martha Nussbaum plantea que la educación volcada únicamente a la obtención de beneficios económicos está erosionando la democracia mundial. ¿Por qué? Pues porque dejar de lado las artes y las humanidades en la educación hace que perdamos nuestra capacidad de ponernos en el lugar del otro. Además, también afecta nuestra capacidad de ser creativos. Uno de los planteamientos interesantes del libro es que a la larga, el mantener las humanidades nos hace solucionar problemas de formas creativas, lo que en definitiva beneficia a la obtención de beneficios económicos. Es lo mismo que les sucede a los centros culturales: Cuando hay recorte presupuestal, los primeros afectados son los sectores de la cultura, cuando es quizá allí donde esté la solución.

El problema, creo yo, está en no ver el impacto que tienen las artes y las humanidades en el corto plazo. Esto me recuerda el Manifiesto por el ocio humanista. Algo que me ha funcionado bastante bien es pensar mucho los problemas que quiero solucionar. Erick, un compañero de la maestría con quien debíamos hacer un trabajo escrito, me invitó un café para charlar sobre el trabajo. Cuando iba a abrir mi computador para tomar notas, él me dijo «Ahora no prenda eso, primero charlemos». Con el café y dándole vueltas a nuestro problema, empezaron a salir muy buenas ideas. Unos días después nos volvimos a ver sólo para conversar. No tomamos ni una nota. Luego, el texto empezó a fluir sin presión. Ya teníamos clara la idea, lo que nos llevó a escribir con claridades. Esa metodología de trabajo me gustó.

El suicidio del alma

Una cita del texto:

[A]l hacer uso [de las posesiones materiales], el hombre debe tener cuidado de protegerse frente a la tiranía [de ellas]. Si su debilidad lo empequeñece hasta poder ajustarse al tamaño de su disfraz exterior, comienza un proceso de suicidio gradual  por encogimiento del alma. Rabindranath Tagore, pedagogo indio, c. 1917

Martha Nussbaum cierra su texto mencionando que la falta de capacidad creativa convertirá (si no es que ya nos convirtió) en meros técnicos con la imaginación atrofiada, únicamente útiles para producir dinero; dejando de lado la cultura, las artes, la democracia y la empatía, sin capacidad para cuestionar la autoridad. Un suicidio del alma.

Luego de este libro creo que a lo que más temo es a padecer un suicidio del alma. La miseria puede ser llevadera, pero no la mezquindad.

Sobre el separador de páginas

Irónicamente usé un billete de $20.000 falso para separar las páginas en mi lectura. Luego de pasar por la Feria del Libro y salir muy tarde de allí, tomé un taxi. Recuerdo que el taxista tenía una camisa de Nacional. Al pagarle con un billete de $20.000 me pidió un poco más de sencillo, como si no tuviera dinero para devolverme el cambio. Encontré el valor justo y se lo entregué. El tipo no me devolvió el billete que yo le había entregado, sino que lo cambió por esta impresión de un billete. No noté que el billete era falso sino hasta el día siguiente.

Leer el libro con este billete me recuerda lo mal que estamos actualmente: No nos importa el otro. Lo que vale es la trampa, «ser más vivo que el otro». Salirnos con la nuestra sin que importen los demás. Ese comportamiento es justo el que hay que evitar. No todo vale y si es así, nuestra alma ya se ha suicidado.

Aquí mis notas del libro Sin fines de lucro en la Wiki de Nomono.

Por David Ramírez-Ordóñez

Hola. Soy David. Docente, bloguero y bibliotecario digital. Desarrollo proyectos digitales desde el 2005. Más de mi en este enlace.

4 comentarios

    1. Chévere leerlo. Aplicarlo sería mucho más provechoso. Me imagino un hijo preguntando «¿Me puedes pagar la universidad? Quiero estudiar artes plásticas». ¿Cómo reaccionaremos? Esa será una gran prueba para nosotros.

  1. Me encanto leer tus notas del libro. Cuando compartíamos clase finalizando la Carrera yo estaba leyendo ese libro y tuve la oportunidad de compartir y escuchar algunas apreciaciones referentes al libro en La Universidad del Norte en Barranquilla.

    Y hoy me encuentro con un libro que se llama las Formas de la Pereza de Héctor Abad, que hace referencia a la forma en la que hemos perdido la creatividad hasta para leer.

    1. Hola I. ¡Qué bueno leerte de nuevo por acá!

      Es curioso que nos topamos en esta lectura en momentos diferentes. Dicen por ahí que a uno le llegan las cosas cuando las necesita y está preparado para recibirlas, no antes. Creo que me demoré un tiempo en alcanzarte, pero me alegra saber que ahora tenemos un nuevo punto en común. ¿Recuerdas de que trataban los comentarios en Barranquilla?

      No conocía el libro de Abad Faciolince. Tengo mis reparos con este autor, sin embargo ya que lo mencionas buscaré el texto. Me asusta terminar siendo un técnico, replicador automático. Creo que por eso mis últimas publicaciones en este blog incluyen referencias a la creatividad. Pero no se aprende a nadar con manuales, la creatividad se ejercita aplicándola. Creo que por eso me mantengo escribiendo aquí.

      No recuerdo en dónde mencionan lo terrible que pueden ser las risas grabadas en la Tv. Decía algo como que la televisión te proporciona todo lo que necesitas. Sólo tienes que estar frente a ella y toma el control de ti. Tanto así que hasta se ríe por ti mediante las risas grabadas. En palabras de Tagore: Suicidio del alma. Por eso ahora le temo más a esto que a la misma muerte del cuerpo.

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