Nadie hace nada

Nadie hace nada
Nadie hace nada

La noche anterior a esta foto pude tomar una a quienes pintaban sobre los afiches promocionales. No sé si ellos fueron quienes pintaron el mensaje de abajo de «Nadie hace nada». Algo que siento es que el punto máximo de ciudadanía es cuando las personas entienden lo que pasa con ellos y son capaces de tomar acciones para modificar el rumbo que tienen trazado.

El «nadie hace nada» es la forma para que quienes hacen las cosas mal, tengan permiso de seguir haciendo las cosas mal. No basta con pensar que las cosas se pueden hacer mejor: se requiere que se hagan mejor. Escribo aquí porque creo que documentar es una manera de hacer algo. De hecho pienso que hay muchas maneras de hacer cosas.

En una charla que tuve con Offray recuerdo que me decía: «El problema es que no cosificamos. La idea es que nos reunamos, hablemos de proyectos y empecemos a materializarlos». La semana del 5 al 10 de marzo de 2012 fue la Open Education Week. Al observar la presentación de Fabian Prieto surgieron comentarios (de Offray) sobre la necesidad de programar cosas. Desarrollar software que se adapte a nuestras necesidades. Mi postura frente a esto es: Quienes no son desarrolladores de software pueden participar en esta creación desde otros saberes. Un diseñador gráfico no necesariamente debe saber programar para aportar a un software. Igualmente quienes documentan si bien deben interpretar el código, pueden hacer parte de otros procesos como el levantamiento de información sobre necesidades de usuarios o la arquitectura de información.

Por David Ramírez-Ordóñez

Hola. Soy David. Docente, bloguero y bibliotecario digital. Desarrollo proyectos digitales desde el 2005. Más de mi en este enlace.

2 comentarios

  1. Primero, me parece muy bacano tu blog y el interés que en él le das a los grafittis urbanos. Qué chevere :-), de hecho creo que encontré el del gato/mostruo del encabezado de tu blog en un teléfono por la 13 con treinta y pico.

    Por otro lado, valoro mucho las contrubiciones que _no_ son código, pero no veo esto como argumento para no incorporar dentro de los códigos que manejamos (escriturales, orales, etc), los de la programación. A mi juicio es una alfabetización cada vez más necesaria en un mundo cada vez más mediado por máquinas programables. A este respecto te quisiera recomendar: «Program or be programmed» de Douglas Rushkoff. Mi alusión iba en el sentido de hacer difusa la distinción entre personas usuarias y hacedoras de las tecnologías digitales, no sólo a nivel de contenidos, sino de infraestructura.

    1. Hola Offray. Muy grato tenerte nuevamente en este blog. No me cansaré de decirlo: Eres una muy buena influencia para lo que aquí escribo. Las lecturas y los temas que tratas se me hacen bastante interesantes y afines a la temática de este blog.

      Gracias por lo de los graffittis. Es por un giro que quiero darle a este espacio web. Espero reunir varios blogs en este. Aunque Hiperterminal.com se mantiene, se abren otros espacios como el de los graffittis (Cartografías gráficas) y otros más que están cocinándose. La idea es interactuar en lo real y lo digital.

      Por lo del gato/monstruo… no puedo dar fe de ello. Tal vez no sea el mismo, de pronto era uno medio parecido 😉

      Vi el video de presentación del libro y empiezo a entender tu punto. Creo que es algo como los idiomas: No necesariamente debes ser filólogo para entender la necesidad de aprender idiomas diferentes a tu lengua materna. No necesariamente debes ser ingeniero para saber un lenguaje de programación, o conocer las infraestructuras de información que manejas. Claro, una cosa no excluye a la otra. Esta bien lo de contenidos, pero es una visión incompleta.

      Buscaré el libro para leerlo.

      Saludos!

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